jueves, 31 de enero de 2013

La borrachera de los políticos


Se ha logrado tipificar una terrible enfermedad que afecta al género humano desde tiempos inmemoriales. Hasta el momento no se comprendía cómo unos seres pacíficos y generosos, luego de asumir un cargo, se volvían presumidos, ambiciosos e insoportables.

De acuerdo, a la doctora mexicana Bertha Muñoz esto se le conoce como “poderitis aguda”, como ya se conoce clínicamente a esta enfermedad, o lo que comúnmente se le denomina como “borrachera de los políticos”.

¿En qué consiste y cuáles son los síntomas?

La persona afectada de “poderitis aguda” comienza a sufrir de delirios de grandeza... alucinaciones mesiánicas... El enfermo de poderitis se siente imprescindible, por increíble que parezca, llega a creer que nunca se equivoca y como está convencido de tener siempre la razón, no pregunta nada ni escucha consejos de nadie.

Esta peligrosa enfermedad es causada por el virus del poder. Cuando una persona normal recibe muchos cargos, muchos honores comienza a infectarse. Cuando es aplaudida con frecuencia comienza un proceso degenerativo en las neuronas del paciente y se sumerge en la embriaguez del poder.

¿Y quiénes son más propensos a sufrir esta enfermedad?

Los políticos. Los de derecha, los de izquierda y los aparentemente independientes. La “poderitis” no distingue ideologías ni sexo ni edad. También ataca a militares, empresarios y hasta líderes religiosos.

Esta enfermedad es contagiosa, todos los que rodean al enfermo comienzan a sentir un deseo irrefrenable de enfermarse también. Se le conoce como el síndrome de la escalera: subir, subir, subir...

¿Y la medicación contra esta enfermedad?

Ninguna medicación. No se ha encontrado ninguna vacuna contra ella. El virus del poder funciona como un cáncer, hace rápidas metástasis, va invadiendo todo el cerebro de la persona afectada hasta la locura total.



Si quieres convencer tienes que dramatizar las ideas


Si queremos persuadir o llamar la atención tenemos que dramatizar los hechos, pues no basta con decir una verdad, hay que hacerla vívida e interesante.

Los comerciales de televisión muestran abundancia de ejemplos del uso de las técnicas dramáticas para vender productos. Siéntese una noche delante de su televisor y analice lo que hacen los publicitarios en cada una de sus presentaciones. Notará cómo un medicamento antiácido cambia el color de un ácido en un tubo de ensayo, mientras el producto de la competencia no lo hace; cómo una marca de jabón o detergente limpia una camisa engrasada, mientras otra marca la deja percudida.

Pero no solo pueden dramatizarse las ideas en la publicidad, sino también en los negocios y en cualquier otra área de la vida. Un ejemplo es el que se refiere a continuación: Un vendedor de una bodega tenía una caja registradora muy anticuada que no permitía que avanzara en la cobranza. Un cliente le dijo: "Usted está literalmente tirando centavos a la calle cada vez que un cliente se pone en fila”. Y al decirlo, arrojó hacia la puerta un puñado de monedas. Eso captó la atención de inmediato. Las meras palabras no le habrían resultado demasiado interesantes, pero el sonido de las monedas en el piso despertó de veras su interés. Y logró su pedido: remplazar la vieja máquina".

Dramatizar las ideas también funciona en la vida doméstica. Cuando el novio clásico le proponía matrimonio a su chica, ¿lo hacía con meras palabras? ¡Claro que no! Se ponía de rodillas. Eso significaba que hablaba en serio. Ya no nos ponemos más de rodillas, no obstante, muchos novios siguen prefiriendo una atmósfera romántica antes de lanzar esta gran pregunta.

Dramatizar lo que queremos también da resultado con los niños. Un señor “X” tenía dificultades para lograr que su hijo de cinco años y su hija de tres recogieran los juguetes, por lo que inventó un "tren". El señor “X” era el maquinista y los hijos los vagones. De este modo, se juntaban todos los juguetes: sin retos, amenazas ni discusiones.



El diálogo como elemento pedagógico fundamental



Freire traza un derrotero para una escuela liberadora, en la cual los seres humanos sean capaces de descubrirse como agentes productivos, creativos y autónomos.

Este brasileño crítica al autoritarismo pedagógico, para él no significa negar la autoridad legítima del docente. Por el contrario, la autoridad del docente contribuye a la construcción de la libertad y la autonomía del estudiante.

“El estudiante, como estudiante, no es el profesor. Ellos son diferentes, pero no necesariamente antagónicos. La diferencia está precisamente en que el maestro tiene que enseñar, experimentar, demostrar autoridad y el estudiante tiene que experimentar con libertad la autoridad del profesor”.

La autoridad del profesor es absolutamente necesaria para el desarrollo de la libertad de los estudiantes, pero si la autoridad del profesor va más allá de los límites que esta debe tener con relación a la libertad de los estudiantes, entonces no tenemos más autoridad, no tenemos más libertad, tenemos autoritarismo.

Esta posición refleja un profundo respeto por el otro, no solo por la dignidad humana reconocida en el otro, sino también por sus sentimientos, sus aspiraciones, su potencial, sus limitaciones y sus conocimientos.

Él considera que el verdadero docente es el que contribuye a la liberación de los estudiantes, es el que entra en diálogo con ellos. Pero dialogar no es tan solo intercambiar palabras.

El diálogo supone una postura ética de firme y decidida aceptación de las diferencias: “El diálogo se rompe si sus polos (o uno de ellos) pierde la humildad. ¿Cómo puedo dialogar si alieno la ignorancia, esto es, si la veo siempre en el otro, nunca en mí? ¿Cómo puedo dialogar si me admito como un hombre diferente, virtuoso por herencia, frente a los otros, meros objetos, en quienes no reconozco otros “yo”?

 

¿Cuál es la religión verdadera?



En seguida, un breve diálogo entre el teólogo brasilero Leonardo Boff y el Dalai Lama, líder político y maestro espiritual del pueblo tibetano. Este es un texto parafraseado encontrado en la base de datos de la Universidad Complutense de Madrid.

En una mesa redonda sobre religión y paz entre los pueblos, Leonardo Boff se acercó al Dalai Lama y le preguntó: Santidad, para usted… ¿cuál es la mejor de todas las religiones? El teólogo católico esperaba que dijera “El budismo tibetano” o las religiones orientales que son mucho más antiguas que el cristianismo.

Ante este interrogante, para algunos un poco “tirada de los cabellos”, el Dalai Lama hizo una pequeña pausa, sonrió y le miró fijamente a los ojos:

—La mejor religión es la que te aproxima más a Dios, al infinito. La que te hace mejor—

Boff: ¿Y… qué es lo que me hace mejor?

Dalai: Aquello que te hace más compasivo, más sensible, más humanitario, más responsable, más ético... La religión que consiga hacer eso de ti… es la mejor religión.

Después de esta respuesta, Boff guardó silencio y cuenta que hasta el día de hoy muestra una gran admiración por este singular personaje y sigue meditando sobre esta contestación tan simple y tan profunda a la vez.

Estimados lectores, no interesa cuál religión tengas o si no tienes ninguna, pues muchos en la actualidad se declaran agnósticos por las hechos que observa a su alrededor. Siempre he comentado que las religiones son como vehículos que nos pueden transportar hacia “Dios”, diferentes caminos que nos conducen a un mismo destino.

Por eso, la mejor religión es la que genera un cambio interior en ti y que permite esparcir tu aroma a los demás, pues lo que realmente importa es la conducta con tus semejantes, con tu familia, con tu país, con quienes te necesitan.

 

Su cuerpo también habla



Los ademanes son personales y únicos, y no pueden ni deben cambiarse. Cuando esté frente al público recuerde nuestra regla de oro: “Sea Ud. mismo, mire al público como mira a un amigo y exprésese con todo el cuerpo”.

Olvídese de los movimientos ensayados de su cara, de sus manos y de sus brazos. Exprese, naturalmente, lo que dice con todo su cuerpo y nunca va a equivocarse.

Con la misma natural alegría, sin afectación, comience un diálogo sereno. El único punto de contacto entre los que intervienen en el mismo será la mirada. A través de ella, vamos a mostrar nuestra coincidencia, nuestro agrado o desagrado, nuestro interés o nuestro aburrimiento. Solo con mirarnos sabremos si estamos comunicados o ausentes, alegres o tristes, complacidos o disgustados.

Solo mirando al auditorio se puede medir la intensidad de la atención y su calidad (escucha activa), por eso, siempre recomendamos que cuando usted esté al frente de cualquier charla o exposición mire al público como mira a un amigo, pues la observación visual de nuestro auditorio es un feedback, un continuo vaivén.

Ives Furet establece al respecto una acertada comparación con la conducción de un automóvil. “La mirada juega con la expresión oral, el mismo papel que para el conductor de un automóvil. Ella es la que posibilita que nos demos cuenta cuándo hay que acelerar o frenar, la que nos impone las señales y por su intermedio sabremos si estamos o no en la ruta acertada que nos conducirá al fin que buscamos”.

En suma, hay que ser auténtico y natural, tener en cuenta la mirada y expresarse con todo el cuerpo. No hay que olvidar que el estilo de la oratoria contemporánea se puede describir como una conversación con el público, mucho más informal que el estilo retórico y pomposo que caracterizaba a la disertación pública en el pasado.




¿Cuáles son las bases para desarrollar emprendedores?

La mayoría de intelectuales reconocen, en la capacidad de crear del hombre, el aspecto esencial que ha podido mejorar la humanidad, avanzar y desarrollarse, transformando todos los aspectos de la vida.

En esta transformación, han participado y participan numerosas personas, con habilidades distintas. La primera tarea del emprendedor es tener la visión de la oportunidad y su misión es transformar esa oportunidad en realidad. La figura del emprendedor, dentro de la cadena de transformación de las actividades, es una de las más importantes.

En esa situación, científicos de numerosos países discuten sobre cuáles son las bases para desarrollar emprendedores. Sobre este punto, aparecen tres líneas principales: el emprendedor personal, el social y el reticular.

La figura del emprendedor personal plantea que esa capacidad está en su misma base y surge como consecuencia de su desarrollo, aquí se incluye la familia. Esta hipótesis plantea la importancia de los padres en el desarrollo del espíritu emprendedor de los hijos, así como la importancia de la educación.

Otro punto de vista, basado en la observación de que determinadas comunidades son más emprendedoras que otras, plantea que existe una causa social que explicaría el espíritu emprendedor, es decir, existen grupos donde se ha desarrollado más dicho espíritu: naciones como la judía y en nuestro Perú, el común es considerar a los sureños como más emprendedores que los norteños.

Finalmente, la perspectiva reticular plantea que el espíritu emprendedor surge como consecuencia de facilitar a las personas el acceso a la información y reducir los costes de los recursos necesarios para empezar los proyectos (zonas donde los servicios empresariales están más desarrollados).


¿Por qué los hombres tenemos tetillas?

Por qué las tenemos si no las usamos, si no dan leche, si no nos sirven para nada; claro, algunos hombres le dan alguna utilidad colgándose un piercing. Acaso, las tetillas serán un error de la naturaleza.


Frente a estas dudas, la genética nos da la respuesta. Cuando un espermatozoide y un óvulo se unen comienza el proceso de fabricación de un ser humano. Se sabe que hombres y mujeres tenemos 46 cromosomas en cada célula y que los cromosomas son el manual de instrucciones para fabricar un ser humano.

Ahora bien, todos los óvulos de la mujer, toditos, traen un cromosoma X. Los espermatozoides del hombre son de dos clases, unos traen un cromosoma X y otros traen un cromosoma Y. Se sabe también que el encuentro de XX da mujer y XY da varón.

El problema es que el cromosoma Y, el cromosoma masculino, es un poco haragán, no entra en acción hasta la octava semana después de la fecundación. Como el cromosoma Y todavía no se activa, el embrión comienza a desarrollar órganos femeninos.

En otras palabras, el diseño básico del cuerpo humano es femenino. La naturaleza es como una máquina programada para fabricar mujeres. Si las glándulas sexuales hablaran, dirían: “Mientras no me digan lo contrario, yo fabrico una mujer”.

Insistimos, es recién en la octava semana que el cromosoma masculino Y se despierta y se da cuenta que el embrión está fabricando una mujercita. Entonces, le envía un mensaje de testosterona al embrión y le dice: “No sigas fabricando una mujer. Reordena las piezas y fabrica un varón.”

Con las mismas piezas que estaba fabricando una mujer, las reordena y se pone a fabricar un varoncito. Pero hay algunas partes que ya estaban terminadas, como las tetillas. Por eso, todos nosotros los varones tenemos tetillas, porque ya estábamos en la línea de montaje femenino.



 

Hay que retomar la siesta

Si descansamos antes de cansarnos, entonces añadiremos una hora diaria a nuestra vida activa. La información que se pretende transmitirles es que si descansamos, estaremos previniendo la fatiga que merma nuestro trabajo.


Daniel W. Josselyn, en su excelente libro Why Be Tired (¿Para qué cansarnos?) observa: "Descansar no consiste en no hacer absolutamente nada. Descansar es reparar". Hay tanto poder de reparación en un breve período de descanso que hasta un sueñecito de cinco minutos ayuda a impedir la fatiga.

Al respecto, Connie Mack, el gran veterano del béisbol, comentaba que si no echaba una siesta de tarde antes de un partido, se sentía completamente fatigado para el quinto tiempo. Pero si dormía un poco, siquiera cinco minutos, resistía los partidos más duros sin cansancio alguno.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Winston Churchill, muy cerca de los setenta años de edad, pudo trabajar dieciséis horas diarias dirigiendo los esfuerzos de guerra del Imperio británico. ¿Su secreto? Trabajaba en la cama cada mañana hasta las once, leyendo informes, dictando órdenes y llamando por teléfono. Después de almorzar volvía a la cama y echaba una siesta de una hora. Al anochecer, volvía a la cama una vez más y dormía dos horas antes de cenar a las ocho. Prevenía la fatiga o el cansancio, como descansaba frecuentemente podía trabajar diariamente muy fresco y en condiciones hasta muy pasada la medianoche.

Si no puede usted echar una siesta a mediodía, trate por lo menos de acostarse durante una hora antes de la cena. Resulta a cuenta, porque una hora de siesta antes de la cena más seis horas de sueño durante la noche —un total de siete horas— le hará mejor que ocho horas de sueño ininterrumpido.

En suma, la siesta que era costumbre de algunos años atrás, es necesario retomarlo para prevenir el cansancio crónico, pues descansando por intervalos optimizaremos nuestra capacidad productiva.

 

¿Cómo hacer para que mi exposición la recuerden toda la vida?

No basta con que el material sea bueno y esté bien presentado: perderá la mayor parte de su valor si no hace que sus oyentes lo recuerden, lo pongan en práctica y lo transmitan. Por ello, le proponemos algunas técnicas para que recuerden tu exposición.


En primer lugar, es aconsejable repetir y decir con otras palabras lo que ya se ha dicho, pues si repetimos un dato siete veces, las posibilidades de que la gente lo recuerde aumentan en un 80 %. Por eso, los oradores con experiencia repiten, repiten y repiten.

Otra técnica que utilizan es la de pedir a uno de los asistentes que resuma el material expuesto, antes de pasar al punto siguiente, esto con la finalidad de fomentar el aprendizaje activo, ya que a diferencia del aprendizaje pasivo, el activo hace que la gente recuerde a largo plazo.

Otra técnica es la utilización de trucos memorísticos y reglas nemotécnicas. De la misma manera, mucho después de haber olvidado el nombre del orador y el título de la ponencia, la gente recuerda las historias.

Otra interesante técnica, es la de escribir una obra de teatro en tres actos invitando a los participantes a que reflejen el comienzo, desarrollo y fin de un tema que les inquiete. Igualmente, se les puede solicitar que escriban una canción o busquen una banda sonora para apoyar sus argumentos.

Recordar y poner en práctica los conocimientos adquiridos son dos funciones importantes, sin embargo, el círculo no se completa hasta que otras personas que no estaban en el seminario participan de los conocimientos impartidos en el mismo. Solo entonces puede el conferenciante estar seguro de que su presentación ha conseguido excelentes resultados: cuando los asistentes se lo enseñan a sus compañeros.

 

Exprésate con un lenguaje marketero

En algún momento de tu vida habrás escuchado a personas dirigiéndose a un público. Algunos te llenaron el alma, otros te la vaciaron, otros te hicieron pensar y otros dormir. Pero todos, de algún modo, provocaron comportamientos y reacciones en su auditorio.

Cada orador tiene un estilo que puede haber trabajado o no. Tu trabajo es crearlo. Y el mejor comienzo es aprendiendo de los maestros. Dónde los encuentras, a ver… ¿recuerdas aquel profesor que impactó en tu vida porque tenía un estilo dinámico de decir las cosas? O tal vez, aquel conferenciante medio filósofo que decía cosas profundas, pero de forma tal que si él pedía que todos se pusieran en pie, lo hubieran hecho con la mayor de las disposiciones y con la menor de las resistencias.

Tu trabajo es tener un lenguaje e ir creando tu estilo un poco de comunicador, un poco de periodista, un poco de vendedor. Si por ejemplo, tienes que dar una conferencia o una exposición tienes que ponerle un buen título, un título vendedor. Una cosa es el tema, otra el título.

Por esta razón, tu lenguaje y estilo tienen que ser puertas de invitación para que tu público se sienta cómodo y seducido por tus ideas, por eso, tienes que utilizar palabras apropiadas, creativas, que llamen la atención y que te permitan vender tus ideas.

Con respecto al lenguaje marketero o de propaganda este deber ser lo más sencillo posible para que todos y cada uno de los individuos sean capaces de comprenderlo. Debe ser además breve y claro. Las palabras de connotación negativa no deben superar más del 30 % de tu exposición.

Emplea muchos verbos, tantos como para que la audiencia pueda ver, sentir, tocar y oler cada fragmento de tu plática. Describe lugares, acontecimientos, personas. Habla con imágenes. Que vivan lo que tú estás exponiendo.

Finalmente, en tu lenguaje marketero utiliza frases cortas, con una pronunciación fuerte y clara de cada sílaba que pronuncias, que pueda escucharse cada vocal y consonante.


La gran lección de los gansos

Cuando vea los gansos volar en formación de “V”, se preguntará cuáles son las razones por las que ellos escogen volar de esta manera. A continuación, algunos descubrimientos hechos por los científicos y que pueden aplicarse a las organizaciones.


Primer hecho: A medida que cada ave bate sus alas, genera un sustento para el ave siguiente. Volando en formación de “V” el grupo entero consigue volar un 71 % más que si lo hiciera aisladamente.

Enseñanza: Las personas que comparten una dirección común y un sentido de equipo llegan a su destino más fácilmente porque se apoyan en la confianza de los demás.

Segundo hecho: Cuando un ganso se aparta de la formación, siente repentinamente la resistencia de volar solo y de inmediato vuelve al grupo para tomar ventaja del ave que está delante o al costado.

Enseñanza 2: Existe fuerza y seguridad en un grupo, cuando se viaja en la misma dirección con personas que comparten un objetivo común.

Tercer hecho: Cuando el ganso líder se cansa cambia su posición, va hacia atrás y otro ganso encabeza la punta.

Enseñanza 3: Es ventajoso cambiar de roles cuando se necesita realizar un trabajo arduo, además es un claro ejemplo para aquellos que quieren aferrarse al poder.

Cuarto hecho: Los gansos de atrás dan graznidos para alentar a los de adelante a mantener el ritmo y la velocidad.

Enseñanza 4: Todos necesitan ser fortalecidos con el apoyo activo y el aliento de los compañeros. Aquí, las palabras motivadoras son claves.

Quinto hecho: Cuando un ganso se enferma o se hiere y deja el grupo, es seguido por otros dos gansos que lo ayudan y protegen. Lo acompañan hasta que solucione su problema; después los tres reinician la jornada uniéndose a otra formación hasta encontrar a su grupo original.

Enseñanza 5: La solidaridad y la empatía en las dificultades es imprescindible en cualquier situación, más aún si pertenecen a una misma organización.

 

¿Cómo mejorar nuestra organización familiar?

La familia no solo es el conjunto de personas unidas por vínculos de consanguinidad, matrimonio o adopción que habitan en un determinado lugar; es relacionarse entre sí, compartir responsabilidades y vínculos afectivos. En seguida, algunas recomendaciones de cómo fortalecer ese vínculo familiar y cómo organizarse mejor.


Para robustecer los lazos familiares, es importante que elogies y recompenses los esfuerzos y logros de tus hijos o hijas, ya sea con palabras o gestos, esto les servirá como impulso para las siguientes actividades a realizar, además afianzas su seguridad en sí mismo.

Respeta a tus hijos como personas, tenlos presentes en la toma de decisiones. Es necesario compartir valores, metas e ideales con ellos o ellas. De esta manera, él se sentirá parte y se comprometerá con la decisión tomada, esto además le servirá para internalizar la importancia de los acuerdos.

En cuanto a la organización, haz un calendario de actividades, decide qué tareas son primordiales. Recuerda que tus hijos pueden ayudar a diseñarlo. Marca el día que quieres finalizar cada actividad. Algunas familias usan fotos o figuras en lugar de palabras.

Mantén este calendario de actividades en un lugar visible y donde no se pierda. Elogia a los miembros de tu familia al finalizar cada parte de la actividad, inclusive, tareas ordinarias pueden ser motivo de celebración.

Otros aspectos a considerar: relájate y disfruta de la compañía de tus hijos o hijas. ¡Diviértanse todos juntos! Fomenta un ambiente familiar sin amenazas, permitiendo que cada persona exprese su opinión abiertamente, y asegurando que todos escuchen en lugar de juzgar.

Establece reglas y normas claras, con reuniones regulares donde todos se encarguen de solucionar los problemas que afecten a la familia y donde se asigne un tiempo prudencial para mejorar el problema, de lo contrario, busquen otras alternativas.



Motívate y motivarás a los demás

Antes, durante y después de hacer cosas eleva tu nivel de motivación.


Tocan a la puerta. Has tenido un mal día y alguien se atreve a golpear con insistencia. Abres y ves a un vendedor sonriente y lleno de energía. Con la misma fuerza que él llamó a tu puerta, tú se la cierras, si no estás de buen humor.

Te preguntas: ¿Por qué estará tan contento el condenado vendedor? Qué secreto guardan aquellas personas que parecen mantener todo el tiempo un entusiasmo a prueba de balas. Parecen estar envueltos en una burbuja que irradia luces, y no permiten que nada pesimista penetre en ellos.

La fórmula para unos está en bañarse, imaginariamente, con aceite antes de salir a la calle, para que todo lo que no les convenga “les resbale”. Para otros, en colgar sus problemas en el árbol de su jardín, cuando regresan nuevamente los cargan. Y los problemas de la calle, los cuelgan en la calle.

En ese sentido, hay una necesidad de marcar una diferencia entre tú y los demás. Si deseas dejar una huella por este mundo no te desalientes, al contrario motívate, recárgate de energía, ten autoconfianza y siembra ambiciones.

Tener una visión del futuro que quieres para ti te mantendrá motivado. Pero esas cosas que necesitas para tu futuro constrúyelas ahora, empieza de a poquitos. Ya cientos de líderes lo han repetido sin cesar: “Una gran hazaña empieza con un pequeño paso”.

Motívate antes, durante y después de tu marcha vayas donde vayas. ¿Vas a solicitar empleo? ¡Motívate!, ¿vas a confesar tu amor a esa chica o a ese chico? ¡Motívate! y díselo. ¡Tú eres tu propio motivador, motívate y motivarás a los demás!

“Somos capaces, porque creemos que somos capaces”- Virgilio.

¿Cómo evitar que el ALCOHOL dañe a tu hijo?

En primer lugar, si tú como padre bebes alcohol, evítalo porque tú eres un modelo significativo y con mucha influencia sobre tu hijo. Si tiene dificultades para ello pide ayuda profesional.


Sería pertinente que busques otras maneras de expresar las celebraciones o fiestas. No necesitas beber alcohol para celebrar, sobre todo no enseñes a tu hijo a asociar fiesta con el consumo de alcohol.

Procura enfrentarte al estrés o la preocupación sin necesidad de tomar alcohol. Por ejemplo: haz ejercicio, habla con un amigo o respira profundamente. Tus hijos aprenderán mucho al imitar tus estrategias de resolver los problemas.

Junto a tu hijo analiza y cuestiona los mensajes publicitarios donde se asocia diversión, jovialidad y bienestar con cerveza y esta con chicas casi desnudas en una playa.

Refuta con tus hijos algunas de estas malas creencias:

 El alcohol sirve como tónico, energizante sexual o para calentarnos en noches frías. Esto es totalmente falso, pues solo en dosis pequeñas puede ser tolerado y eliminado por el organismo.

 “El más resistente es aquel que puede controlar más el alcohol, el que no es un pollo”. Sin embargo, lo real es que su organismo recibe mayor dosis, mayor tóxico, el cual permanecerá mayor tiempo en el organismo dañándolo. Además, estarías preparando tu organismo para desarrollar una dependencia alcohólica.

Una persona empieza a tener problemas con el alcohol cuando:

 Busca cualquier pretexto para tomar.

 Prefiere tomar antes que alimentarse.

 Falta al colegio o se vuelve descuidado en el trabajo a causa del licor.

 Cuando va a una reunión solo se concentra en tomar.

 Empieza a tomar solo.

 Aunque el tomar le provoca problemas en la familia, con los amigos, enamorado/a, sigue haciéndolo.

No olvides que el alcoholismo es una enfermedad y necesita una ayuda especializada.





viernes, 18 de enero de 2013

¿Por qué las mujeres viven más que los hombres?

En el mundo hay más mujeres que varones. Hay más viudas que viudos, más abuelas que abuelos. Millones de ancianas saludables se emplean en cuidar a sus maridos achacosos.


En los países industrializados, las mujeres viven, como promedio, entre 4 y 10 años más que los varones. Y en la mayoría de las civilizaciones de la tierra, aun sin datos estadísticos, las mujeres, por lo general, son más longevas que los hombres.

¿A qué se debe esta notable diferencia en la esperanza de vida entre un sexo y otro?

Los hombres dirán que eso se debe a que el hombre trabaja más, se esfuerza más, y por esta razón, se desgasta más rápido. Las mujeres, por el contrario, responderán que la naturaleza las hace durar más a ellas para que cuiden a los nietecitos.

En realidad, la pregunta está mal formulada. No es que las mujeres vivan más, sino que los hombres viven menos. Pero, ¿por qué?

La razón no es otra que la cultura machista. Los hombres fuman más, beben más alcohol, comen mayores cantidades de carnes con grasa. Asimismo, los hombres conducen más de prisa los autos y desarrollan con mayor frecuencia personalidades agresivas que generan tensión nerviosa y estrés.

Como consecuencia de estos y otros comportamientos, los hombres sufren más infartos y enfermedades cardiovasculares. Los hombres mueren con más frecuencia que las mujeres por cáncer de pulmón y cirrosis hepática.

Los hombres tienen más accidentes automovilísticos. Agreden más a otras personas. Matan más, se suicidan más también. El machismo explica la diferencia de una vida corta o larga entre varones y mujeres.

El precio oculto del machismo es la muerte temprana. Ironías de la vida: el machismo mata a los machos.



Periodistas en búsqueda de cadáveres, sangre y semen

En las aulas universitarias, escuché a uno de mis profesores de periodismo decir que la sangre y el semen es lo que más interesa a los lectores peruanos. Por tanto, Drácula ya no necesita tirarse al cuello de las personas, solo le basta con ir al quiosco de la esquina, comprar unos cuantos periódicos y exprimirlos: chorrean sangre.


La crónica roja es la tendencia del mal periodismo en la prensa, en revistas y en los informativos de televisión y de radio. Noticias con primeros planos de violadas y descuartizados. Fotografías obscenas que hieren lo escrúpulos de los lectores. Periodistas vampiros que revolotean en busca de cadáveres, tripas y sesos expuestos al aire libre.

El pretexto es decir que a la gente le gusta eso y como lo que le gusta a la gente da buenos puntos de “rating” o lectoría y esto trae publicidad... pues seguimos convirtiendo los noticieros y los periódicos en un charco de sangre.

Lo peor de la crónica roja es que, de tanto ver atrocidades, va volviendo a la gente insensible al dolor ajeno. La va convenciendo de que es peligroso salir a la calle, esto se convierte en una neurosis colectiva y se internaliza en nuestro inconsciente a tal punto de no intentar cambiar las cosas.

¿Qué hacer frente a esta tendencia de informar sobre lo más sórdido de la naturaleza humana?

Sin duda, se tiene que informar sobre los sucesos violentos que ocurren en la comunidad, en el país, en el mundo. Pero si somos responsables, aplicaremos al menos, estos tres criterios básicos:

Cuidar el lenguaje: No es necesario decir por cuál costilla entró el puñal. Tampoco hay que inmiscuirse en la vida privada de las víctimas.

Darle contexto a la información: La noticia de un borracho accidentado puede relacionarse con el exceso de bebidas alcohólicas o con la falta de control policial en las carreteras.

Dedicar a estos sucesos, como máximo, un 20 % del tiempo o espacio en un medio informativo.

   

El fabuloso discurso de Abraham Lincoln

Cierto día, la viuda de un veterano de la guerra de emancipación, vieja mujer agobiada por la edad, entró en su bufete y le contó que un agente de pensiones le había cobrado la exorbitante tarifa de doscientos dólares por reunirle una suma de cuatrocientos que el Gobierno le debía. Lincoln se indignó, y promovió querella inmediatamente. ¿Cómo se preparó para el juicio?


Se preparó leyendo una biografía de Washington y una historia de la guerra de emancipación, encendiendo su entusiasmo, avivando sus sentimientos y afectos. Cuando habló frente al jurado, relató las opresiones que incitaron a los patriotas a rebelarse y luchar por la libertad. Pintó las mil y una penurias que debieron sufrir en el Valle Fragua, hambrientos, arrastrándose descalzos por el hielo y la nieve.

Más adelante, encolerizado, se volvió hacia el bribón que había robado la mitad de su pensión a la viuda de uno de estos héroes. Su mirada echaba chispas, mientras de sus labios fluía la acusación que, como él había dicho, "desollaría" al culpado.

"El tiempo pasa —dijo al finalizar— los héroes han muerto y están en la otra orilla. El soldado ha ido a descansar y ahora, lisiada, ciega, agotada, su viuda viene a vosotros y a mí, señores del jurado.

No siempre fue como hoy es. Fue otrora una joven hermosa, pero ahora está pobre e indefensa. Aquí, en estas praderas de Illinois, a muchas millas de las escenas de su niñez, nos ruega a nosotros, a los que disfrutamos de los privilegios que nos legaron los patriotas de la Revolución, para que le prestemos conmovida ayuda y varonil protección. Todo cuanto pregunto es esto: ¿la protegeremos?".

Cuando terminó, a algunos miembros del jurado se les caían las lágrimas, y el veredicto restituyó a la anciana hasta el último centavo. Lincoln además le pagó el hotel y el viaje de regreso a la anciana, y no cobró honorarios por sus servicios.

No solo hay que aprender la gran humanidad de este excepcional personaje, sino sus técnicas en la oratoria: mucha emoción en sus palabras, apelar a los sentimientos de los oyentes y conocimiento del tema.

   

Otras incorrecciones que debemos evitar al escribir

«Yo de ti», no es recomendable; «yo que tú» es correcto


Se ha observado que frecuentemente la construcción «yo de ti» viene a sustituir a «yo que tú», sobre todo en el registro coloquial: «Yo de ti no lo haría», «Yo de ti la escucharía», «Pues yo de ti no dudaba en comprarlo», etc.

Según el Diccionario panhispánico de dudas de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española, el empleo de la preposición “de” en lugar de la conjunción “que” en este tipo de estructuras se debe al influjo de otras lenguas, como el catalán, donde se emplea dicha preposición y no la conjunción.

Por ello, la Fundéu recomienda en estos casos que se utilice la conjunción que (yo que tú), y no la preposición de (yo de ti), propia de otras lenguas.



No se escribe coma delante de la “y” de las enumeraciones

En las enumeraciones, de elementos separados por comas, no es correcto escribir una coma delante de la “y” que precede al último de ellos, según recoge el Diccionario panhispánico de dudas.

A menudo, en textos de diversa índole, se escribe coma delante de la “y” que introduce el último elemento de una enumeración, por ejemplo: «En la época republicana trabajó en los ferrocarriles, se convirtió en líder sindical, y viajó por Centroamérica» (incorrecto).

El empleo en español de esta coma no es apropiado. De este modo, en el ejemplo anterior lo adecuado hubiera sido: «En la época republicana trabajó en los ferrocarriles, se convirtió en líder sindical y viajó por Centroamérica» (correcto).

Esperamos que estas dos recomendaciones contribuyan a mejorar tu redacción, no hay que olvidar que el lenguaje se debe utilizar con propiedad y con corrección gramatical.

 

Las pérdidas son parte de nuestra vida

Así como lo leen, las pérdidas son parte de nuestra vida, incluso son algo natural porque son parte de nuestro crecimiento y desarrollo. Ojo, la palabra “pérdida” está tildada, pues si omitiéramos la tilde diría otra cosa. Pero qué es una pérdida, qué tipos existen:


Las pérdidas son experiencias universales (porque nadie está exento de ellas), dolorosas, pero necesarias para poder crecer emocionalmente.

Con respecto a los tipos de pérdidas, estas pueden ser, por ejemplo físicas: por accidente o por una cirugía (perder una extremidad o un órgano). Se puede tener pérdidas sociales, por ejemplo: del estatus económico, pérdida de poder en una organización a la cual se pertenece, entre otras. Es importante observar las pérdidas desde una perspectiva amplia.

En la naturaleza, las pérdidas son un elemento esencial en la creación: la planta germina y la semilla se pierde, el día empieza y la noche se va. En todos los casos las pérdidas dan lugar al crecimiento.

De la misma forma en la existencia humana. Es difícil mirar hacia los triunfos que hemos obtenido en la vida sin descubrir alguna pérdida unida a ellos. Teniendo esta verdad muy presente, examinemos las distintas pérdidas que se pueden sufrir a lo largo de la vida.

Pérdidas obvias: la muerte de una persona querida; la ruptura de una relación, la separación, el divorcio.

Pérdidas no tan obvias: de empleo, de dinero, de salud, de casa, cambios de maestros, escuela, entre otras.

Pérdidas relacionadas con la edad: pérdida de la juventud, de la belleza, pérdida de atributos físicos.

Pérdidas inevitables: dentro de ellas la muerte o separación son inminentes. Es conveniente que las reconozcamos por anticipado.

Más adelante, daremos a conocer algunas técnicas y estrategias para superar estos trances que muchas veces nos sumerge en una gran depresión.

 

¿Será cierto que los mujeriegos son…?

Buceando por la Internet me encontré con este artículo: “La construcción de las masculinidades” de Carlos Eduardo Garita Arce. En este documento, se explica cuatro razones sobre la conducta de aquellos varones denominados como “mujeriegos”.


Razón 1. Los mujeriegos son impotentes afectivos. En realidad, solo están enamorados de sí mismos. Médicos tan prestigiosos como Gregorio Marañón, doctor español, demostró hace tiempo que el “donjuanismo” es una sicopatología; es decir, un desequilibrio mental. Los mujeriegos son hombres inmaduros, con un problema emocional fuerte. En realidad, no saben amar.

Razón 2. Muchos mujeriegos fueron niños violados que intentan resolver de esa manera su conflicto emocional. Esos niños que fueron abusados, crecen con un trauma terrible porque, además, muchos los convencieron de que eran homosexuales. Entonces, cuando son mayores ¿cómo van a demostrar a ellos mismos y a los demás que no lo son? Teniendo muchas mujeres.

Razón 3. El mujeriego no es por la naturaleza o las hormonas, es más bien por la crianza o por el mal ejemplo de su casa: el machismo del padre y también de la madre. Reiteramos, el machismo no viene en la sangre ni en los cromosomas, se respira en la casa, es una conducta aprendida: el papá aplaude al hijito si es coqueto, si es enamorador y sobre las madres, ellas mismas les afilan las uñas al tigre.

Razón 4. Otros son mujeriegos para superar sus complejos, su baja autoestima, pero la sed no se cura bebiendo agua de mar. El sexo sin amor (y eso es lo que hace un mujeriego) es como beber agua salada. Más bebe, más quiere, y no se satisface nunca. Como les decía al comienzo son impotentes afectivos.

Yo seguiré investigando al respecto, si encuentras más información sobre este tema me escribes a mi correo cesarmanuel0710@hotmail.com y así compartirlo con los demás lectores.

   

Después de la negación viene la aceptación

El duelo es la reacción natural y necesaria de adaptación ante una pérdida de un ser querido, objeto o evento significativo. El duelo es necesario no se debe anestesiar y si lo hicieran se le queda debiendo eso a la vida al no lograr ser amigo de la propia tristeza.


Si bien es cierto, el tiempo ayuda a curar las heridas, pero tampoco hay que quedarse de brazos cruzados. Se tiene que asumir una posición activa para lograr aproximarse a un proceso de cambio.

Sobre las etapas del duelo, podemos diferenciar esencialmente tres:

1. Evitación: se le denomina también “shock”, negación. Se dice que es evitación porque lo primero que realiza la persona es no aceptar que la pérdida es cierta.

En la etapa de “shock” la persona actúa como un “zombi”, en automático. Esta sensación produce como un recuerdo de haber estado pero sin estar, como una película o irrealidad.

2. Confrontación: fase intensa y aguda, gran carga emocional. De la etapa de evitación, se va dando paso a la etapa de confrontación que implica aceptar la realidad. Es la fase aguda más difícil, pues todas las emociones y sentimientos inundan a la persona y se tiene la sensación de que el alma le duele. Se enfrenta a la realidad de que la persona no va a volver.

Muchas personas en esta etapa piensan que se están volviendo locos (hay que desmitificar eso). La etapa de confrontación es la más larga, la más dolorosa y dura más de lo que usted piensa.

3. Restablecimiento: Es cuando de momento el doliente empieza a sonreír y puede expresar: “me duele que haya muerto pero yo sigo vivo”.

La duración de cada etapa es variable y depende del tipo de pérdida, de los recursos internos y externos de la persona, del vínculo que tenía.

   

Primero la claridad, luego el resto

(Expresión oral)

La palabra hablada por naturaleza está sujeta a condiciones distintas de la palabra escrita. No se habla como se escribe. Por esta razón, el discurso escrito para ser leído, debe componerse de acuerdo con las características del estilo hablado.


Hay que tener siempre presente que la lengua oral permite, más aún, necesita suspensos, repeticiones, silencios, eufonía, entre otros, que son desaconsejables en la composición escrita.

Tomamos de Carlos Loprete las cualidades que consideramos esenciales en el estilo de la oratoria moderna y que resumimos en: verdad, claridad, belleza y vitalidad.

El orador es un hombre que transmite con mayor o menor habilidad su pensamiento con absoluta sinceridad. Por eso, no debe ni puede fingir que sabe si no sabe; que tiene entusiasmo o interés, si no lo tiene; que existe acuerdo entre lo que piensa y lo que dice, si esta no es la estricta verdad.

Un estilo que no sea verdadero no tiene ninguna posibilidad de imponerse, porque no brota del alma, porque no tiene la fuerza interior ni el vigor de lo auténtico. Nadie puede dar lo que no tiene. Si sé, trasmito seguridad. Si soy sincero, transmito confianza. Si tengo entusiasmo, transmito interés. Si tengo algo que decir, seguramente soy elocuente.

La claridad en la expresión, implica una equivalente claridad de pensamiento. No tenga miedo de ser sencillo. Ojo que no decimos pensar simple, sino expresar con simplicidad aún el pensamiento más profundo.

Una conferencia es bella cuando está bien organizada, es sobria, demostrativa, clara y si es posible, algo elegante. La belleza está en la difícil meta de un ajustado equilibrio, en lo que uno tiene para decir y la forma en que lo transmite.

Debemos entender que si frente a nosotros alguien va a enfocar un tema determinado, es porque el tema lo domina y siente por él auténtico entusiasmo. Y si esto es cierto, ya está, ya ganó. Su conferencia será un éxito para él y para su complacido auditorio.

Los pensamientos son hijos de la palabra y nietos del oído

La palabra nos hace hombres y mujeres racionales. Sin ella, no pasaríamos de simpáticos primates. En definitiva, ¿qué nos distingue de ellos? El lenguaje, nuestro sistema de sonidos articulados que nos sirve para transmitir nuestras ideas.


Los animales también se comunican, los delfines nos siguen en inteligencia y los chimpancés llegan a dominar un repertorio de expresiones equivalente al diez por ciento del inglés básico. Pero nuestro código de símbolos es, enormemente, superior y nos permite efectuar un aprendizaje mucho más rápido, así como desarrollar a plenitud nuestras capacidades intelectivas.

Aprendemos a pensar hablando. La conciencia es un regalo de la comunidad, la recibimos de los demás, la construimos en el diálogo con otros y otras. Las palabras son como el beso del príncipe que despierta a las bellas ideas en el hemisferio izquierdo del cerebro, especializado en el lenguaje y en la imaginación. Y a ese santuario maravilloso donde se elabora el pensamiento, entramos por el umbral del oído.

Aprendemos a hablar escuchando. El oído es el pedagogo de la palabra. Como sabemos, los sordos son mudos. No pueden dar cuenta con la voz de lo que no han recibido mediante el sentido auditivo. El niño salvaje de la película de Truffaut no era sordo, pero como no se relacionó con seres humanos hasta la adolescencia, apenas imitaba el canto de los pájaros y los ruidos del bosque.

Así pues, los pensamientos son hijos de la palabra y nietos del oído. Esta maravillosa genealogía la desencadenamos al conversar con un amigo cara a cara o al interrelacionarnos con los demás. De ahí también la importancia de desarrollarla, incluso, desde el vientre materno y seguirla estimulando en nuestros primeros años.

En suma, el oído desarrolla el lenguaje y a su vez al pensamiento, no olvidar que los ojos pueden dejar de ver, pero los oídos no pueden dejar de escuchar.

   

El papel de la estimulación en la formación del cerebro

Muchos estudios han explicado que la experiencia temprana tiene efectos significativos en el desarrollo posterior. Sin embargo, la investigación reciente ha propuesto una opinión distinta sobre cómo y cuándo la experiencia afecta el desarrollo del cerebro.


Actualmente, se ha demostrado que el cerebro, dada su plasticidad, ante la experiencia ambiental resulta afectado en su estructura y función. La prueba reside en que, en la corteza cerebral, diferentes regiones incrementan su tamaño al aumentar el número de dendritas de cada neurona, cuando son expuestas a condiciones estimulantes, y mientras más prolongadas estas sean, mayor será su crecimiento.

Igualmente, la investigación ha demostrado que estimular el cerebro aumenta el número de las ramas dendríticas o sinapsis que interconectan las células del cerebro: cuanto más pensamos, mejor funciona nuestro cerebro, sin importar la edad.

Por ejemplo, cada uno de nosotros nace con el potencial de aprender un idioma. Nuestros cerebros se programan para reconocer el discurso humano, para discriminar diferencias sutiles entre los sonidos, para juntar palabras y significados y para comprender las reglas gramaticales. Sin embargo, la lengua particular de cada niño, el tamaño de su vocabulario, el acento con el que habla es determinado por el ambiente social en el cual se cría.

El potencial genético es necesario, pero el ADN solo no puede enseñar a un niño a hablar. El desarrollo del cerebro es “actividad-dependiente”, cada experiencia excita ciertos circuitos nerviosos y deja otros inactivos. Los que están constantemente encendidos serán consolidados, mientras que los que se excitan ocasionalmente se pierden, proceso conocido como apoptosis cerebral o “muerte cerebral”.



 

El Caballo del Califa


En seguida, un cuento árabe que está lleno de sabiduría y de la cual se puede extraer muchas enseñanzas, en especial, sobre la generosidad. Es un texto que aparece en el libro: “La Oración de la Rana 1” de Anthony de Mello. Sería pertinente que lo compartas en familia.


Al-Mamun, conocido califa de Bagdad, poseía un hermoso caballo. Tan hermoso que el jefe de una tribu vecina llamado Omah se antojó del animal.

OMAH: Me gusta tu caballo, califa Al-Mamun. Véndemelo.

CALIFA No, gracias, amigo. No quiero venderlo. Este animal es como un hijo para mí.

Omah le ofreció una caravana de camellos a cambio del caballo.; pero el Califa le dijo que su caballo no tenía precio.

Y sucedió que el envidioso Omah planeó una treta contra el califa Al-Mamun. Sabiendo que este solía pasear con su caballo por la ruta que sale de Bagdad, Omah se disfrazó de mendigo y se tendió junto al camino.

OMAH: ¡Piedad para este pobre mendigo!... ¡Piedad!

CALIFA: ¿Qué te pasa, amigo? ¿Te han asaltado los ladrones? ¡Ven, sube!... Te llevaré a donde te puedan curar...

OMAH: Oh, buen hombre, estoy tan débil que ni eso puedo...

El califa bajó, lo alzó del suelo con cuidado... y lo montó en su caballo. Cuando iba a montar él, se llevó la sorpresa de que el mendigo era Omah, este le dijo irónicamente: ¡Caíste en la trampa, califa tonto!... Soy Omah, a quien no quisiste vender el caballo... ¡Adiós!

Frente a esta escena, el califa le suplica: ¡Espera!... ¡Detente! Está bien, me has robado el caballo... Ahora solo tengo una cosa que pedirte. Omah en tono despectivo le responde: ¿Qué quieres?

CALIFA: Por Alá, no cuentes a nadie cómo te hiciste con el caballo. ¿Lo prometes?

OMAH: ¿Para que no se rían de ti?

CALIFA: No, nada de eso. Quizá un día haya un hombre realmente enfermo y tendido junto al camino. Si la gente se entera de tu engaño, pasarán de largo y no le prestarán ayuda.

   

martes, 15 de enero de 2013

¿QUÉ LIBRO ESTÁS LEYENDO?


Quienes no leen, no saben lo que se pierden.

La lectura es una aventura intelectual, es vivir mil historias además de la propia, es un portal hacia el conocimiento donde podemos viajar y conversar con diferentes autores locales y mundiales. Sin embargo, hay personas que por diferentes factores no saben leer; hay otros que sí saben, pero no leen; también están quienes de tan poco leer, olvidaron lo que saben.

Si bien es cierto que la mayoría de personas argumentan no tener tiempo para  leer, esto no debe ser un pretexto, pues se puede buscar un pequeño espacio para poder leer: las páginas deportivas pueden ser una buena justificación para los varones o las revistas femeninas para este género.

En la actualidad, hay pocas excusas para decir que no tienes un texto para disfrutarlo, ya que las ferias de libros abundan por las diversas calles de nuestra ciudad, los costos de los libros han disminuido, incluso, puedes descargarlos gratuitamente a través de la Internet.

Es necesario también disciplinarnos en nuestra lectura, estos formarán nuestros hábitos, por ejemplo, debemos trazarnos como meta leer un libro mensual sobre temas de nuestro interés. Si eres un lector novato, debes empezar por textos ligeros para que no desistas en tu intento, recuerda no se puede subir a trancos la escalera.

Asimismo, no se debe obligar a leer, menos a los más pequeños. Jorge Luis Borges manifestaba al respecto: “El verbo leer, como el verbo amar y el verbo soñar, no soporta el modo imperativo. Yo siempre aconsejé a mis estudiantes que si un libro les aburre lo dejen. Que no lo lean porque es famoso o porque es moderno o porque es antiguo. La lectura debe ser una de las formas de la felicidad y no se puede obligar a nadie a ser feliz”.

Tenemos que promover el placer por la lectura, debemos rescatar a nuestros alumnos y a nuestros pequeños de casa que están siendo devorados por la televisión o los juegos en red. ¿Y tú qué libro estás leyendo?  



viernes, 4 de enero de 2013

¿Por qué las mujeres son mejores observadoras que los hombres?



Muchas veces, me he quedado sorprendido cuando una mujer te dice —al observar a otra persona— los detalles de la vestimenta, algún objeto que llevaba consigo y solo le bastó unos cuantos segundos para que te describa todo este panorama. 

Esta situación tiene una explicación biológica y evolutiva. Resulta que la configuración de los ojos de la mujer es diferente a la del hombre. 

En el caso de la mujer, debido a la tarea que debían realizar como protectoras del hogar, su estructura cerebral fue desarrollando un ángulo de visión clara de al menos 45 grados por cada lado, y por encima y por debajo de la nariz. 

En otras palabras, muchas mujeres disfrutan de una visión periférica de casi 180 grados. Esto como consecuencia, ya que la mujer necesitaba un amplio ángulo de visión para controlar que nada amenazara la cueva donde se hallaba. 

En cambio, los ojos del hombre se configuraron para un tipo de visión de larga distancia, como si fueran un par de binoculares. En su tarea de cazador, el hombre necesitaba identificar una presa a gran distancia y perseguirla con la vista, sin distraerse con lo que le rodeaba. 

De esta manera, las mujeres fueron perfeccionando una gran visión periférica, mientras que los hombres desarrollaron una visión cilíndrica. 

Esto explica en algo que los hombres nunca se den cuenta de los detalles o de los objetos que llevan las personas que él saluda o de lo que hay alrededor de esta. Los varones tienen que mover la cabeza de arriba abajo y de un lado a otro, concentrándose en la búsqueda de los “objetos desaparecidos”. Sin embargo, las mujeres, de un vistazo, perciben todo lo que hay en su entorno.  



Los tres filtros de Sócrates


Cuántas veces nos encontramos con  personas que les gusta el chisme y que buscan la atención del oyente para descargar sus mensajes en contra de los demás.

Ante esta actitud, que se constituye en un obstáculo en las relaciones interpersonales, se debe empezar a  educar a estas personas con el objetivo de eliminar esta mala práctica de la convivencia humana. Para ello, se debe utilizar los tres filtros de Sócrates.

¿En qué consiste los tres filtros?

En una ocasión, a Sócrates lo visitó un amigo para contarle un chisme que a su vez le contaron sobre otro amigo mutuo. Sócrates lo interrumpió y le preguntó  a su amigo, si él había aplicado la prueba de los tres filtros a quien le narró la historia.

 “Los tres filtros, no sé qué es eso”— le respondió.

 “Entiendo” —le dijo Sócrates— “entonces permíteme aplicártelo a ti”.

 “Lo que vas a contar de nuestro amigo… ¿es verdadero?” preguntó Sócrates.
 “No lo sé”— le contestó.

 “Veo”, dijo Sócrates, y volvió a preguntarle: “lo que vas a contar de nuestro amigo, ¿es bueno?”

“Definitivamente no”, le contestó.

Por último, le preguntó Sócrates: “Lo que me vas a contar de nuestro amigo, ¿me es útil?”.
“No… no creo que te sea útil”, le dijo.

“Entonces”, le dijo Sócrates  a su amigo: “Si lo que me vas contar de nuestro amigo no es verdadero, ni es bueno y tampoco me es útil…para qué me lo vas a contar”.

Con este ejemplo, Sócrates le enseñó a su amigo que la Verdad, la Bondad y la Utilidad son principios y prácticas que todos debemos cultivar en beneficio no solo de nuestro interior, sino también como norma de convivencia en la sociedad en que vivimos.


miércoles, 2 de enero de 2013

La metáfora de la aldea global


Cerramos los ojos y abrimos  los del corazón y del entendimiento. Imaginemos que en el planeta Tierra no vivimos 7 mil millones de seres humanos, sino que formamos una sola aldea de 100 familias.

¿Cómo sería la población de esa pequeña aldea de 100 familias?

De las 100 familias de la aldea, 64 son asiáticas, 13 familias son africanas, 10 son europeas, 7 son latinoamericanas y solo 5 son norteamericanas. Sin embargo, Estados Unidos consume el 30 por ciento de los recursos del planeta y es el mayor responsable de la contaminación.

En nuestra aldea, vive un promedio de 52 mujeres frente a 48 hombres. No obstante, los presidentes, gobernantes, jefes y parlamentarios son abrumadoramente masculinos. Ellos controlan las economías y deciden las guerras.

De las 100 familias de nuestra aldea, 65 no saben leer ni escribir. Sin embargo, con el presupuesto militar norteamericano de un solo año se podrían construir 250 mil escuelas en el mundo. Se acabaría el analfabetismo y la ignorancia.

De las 100 familias, 90 no hablan inglés, 70 no son de la raza blanca, 70 no son cristianas.  Pero de las 100 familias, hay 7, apenas 7, que se han adueñado del 60 por ciento de toda la riqueza de la aldea. Esas 7 familias son occidentales, blancas y cristianas.

Estas 7 familias también consumen el 80 por ciento de la energía disponible y gozan de todas las comodidades, mientras tanto, 80 familias viven en condiciones de hambre y miseria. Asimismo, carecen de agua potable, de una vivienda adecuada y de los más elementales servicios sanitarios.

Volvamos ahora a nuestro mundo real, a las 7 mil millones de personas que vivimos en él. Según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, los 10 más opulentos del planeta tienen una riqueza equivalente a la producción total de 50 países. Y 447 multimillonarios suman una fortuna mayor que el ingreso anual de la mitad de la humanidad. El quien tenga oídos para oír, no que oiga, sino que escuche.