Basta una audición espontánea y un poco de atención para deducir que las radios locales y nacionales son meros reproductores de música, pues sus contenidos transmitidos son, mayoritariamente, insustanciales y encaminados solo al divertimento.Sea por la mañana, tarde o noche, la radiografía del espectro radioeléctrico nos indica que el 90 % de radios poseen una programación musical, especialmente, tropical y juvenil.En lo que se refiere a los conductores de los programas o mejor dicho “perifoneadores”, la mayoría profieren cosas intrascendentes, pero muy apreciado por el público peruano. Muchos de ellos, cogen un micrófono sin cumplir los requisitos mínimos que debería tener todo buen comunicador, pues lo que exprese influirá en las conductas y el pensamiento de los oyentes.Por otro lado, la proliferación de radioemisoras ha permitido que la torta publicitaria se comparta, por ende, se tiene poco ingresos y el presupuesto no da para contratar a personas solventes comunicativamente. Esto permite recurrir a mano de obra barata y poco calificada, por eso, se les da la “oportunidad” a muchos jóvenes quienes se ofrecen sin exigir las condiciones mínimas de trabajo, debido a que ellos lo toman como un “hobby”.Este escaso control de calidad de los contenidos, se debe también a que los empresarios no tienen una visión de comunicadores o de responsabilidad social, buscan solo el máximo rendimiento económico con la menor inversión, tanto en recursos humanos como en materiales.Se debe aclarar que no estamos en contra de las radios musicales o de entrenamiento, pues el entretenimiento también es un derecho de las personas. Lo que incomoda o llama la atención es la desproporcionalidad de estas con respecto a las radios informativas o mixtas, tan necesarias para la construcción de la conciencia social, de hábitos y estilos de vida saludables.
sábado, 6 de octubre de 2012
Radios lambayecanas, meros reproductores de música
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