martes, 19 de marzo de 2013

Principios básicos para crear una marca personal


La marca personal o el personal branding es un concepto que se refiere a considerarse uno mismo como un sello, con ánimo de diferenciarse y conseguir mayor éxito tanto en las relaciones sociales como en las profesionales, puesto que lo que una persona proyecta a los demás es una imagen, una etiqueta y que sumado con las demás se constituyen en la marca de la organización.

Para lograr consolidar este concepto se requiere la fórmula del reconocimiento propuesta por la Fundación Madrid por la Excelencia.  En ella se combinan tres elementos: la relevancia, la confianza y la notoriedad.

• Relevancia. La relevancia implica que para crear una marca personal debemos, ante todo, ser útiles, satisfacer una necesidad y hacerlo bien.  Si detrás de una marca no hay un beneficio real, esta durará muy poco.

• Confianza. Vivimos en un mundo en el que hay muchas personas capaces de satisfacer una necesidad o realizar un trabajo. Lo importante es ganarse la confianza, una buena reputación de profesional consistente y eficaz. Eso nos hace valiosos y aumenta las probabilidades de ser elegidos en un mercado competitivo y homogéneo.

• Notoriedad. De nada sirve ser útil y fiable si nadie te conoce. Debemos ser notorios, ocupar un lugar en la mente de quienes puedan necesitarnos (jefes, clientes, amigos, familia, colaboradores, entre otros). En otras palabras, hay que visibilizarnos donde nos movamos.

Como una forma de realimentar los principios anteriores, ahora se va utilizar el acrónimo ADN para reforzar el proceso de desarrollo de la marca personal:

A. Se trata de ser auténtico. Una marca personal o de cualquier otro tipo no puede basarse en la mentira o en la falsedad.

D. Se trata de ser diferente. Es decir, destacar por ser mejor que los demás. La mejor forma de competir personal o profesionalmente es siendo más eficaz, más fiable o teniendo unos valores más sólidos que el resto.

N. Notoriedad, hay que contar al mundo que somos buenos en algo. Algunos pueden considerarlo como egocentrismo, pero es mejor hacerlos partícipes de nuestros talentos que ocultarlos, no lo crees.

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