La gente tóxica nos envenena y nos acarrea serios problemas
de salud mental. Si forma parte de nuestra propia familia pone en riesgo la continuidad
de la convivencia y el vínculo. Si está en el trabajo, puede poner en riesgo
nuestra continuidad laboral, debido a que se resiente nuestro rendimiento a los
continuos conflictos.
¿Qué hacer?
Primero, lo primero: la fórmula magistral para
desintoxicar nuestras relaciones consiste en comunicarse para afrontar lo que
nos molesta del otro y decirlo sin tapujos.
Otra solución consiste en mantener el sentido del humor,
ya que relajará las tensiones, con ello se conseguirá el beneficio de la risa. Reitero,
esto sirve para expulsar la tensión acumulada.
Se tiene que dejar de pensar todo el tiempo en el
problema, los cual solo contribuye a amplificarlo, ya que la mente es como una
lupa: aumenta aquello que enfoca. Existen momentos en que una persona tóxica
parece colapsar nuestra mente, cuando tengas esta sensación grita o di mentalmente
¡Basta de pensar! y apoya esta expresión con otras frases positivas.
La doctora Glass recomienda la técnica del espejo; es
decir, aconseja actuar como si fuéramos un espejo, de esta manera, obligamos a
las personas tóxicas a ver reflejados sus comportamientos. Si alguien no para
de hablar impidiendo que los demás lo hagan, la respuesta puede ser ponerse a
ladrar. Cuando el tóxico se calle y pregunte ¿qué pasa?, se le explicará que
esa es la actitud que él mantiene con los demás.
Para que los individuos tóxicos vean cuán absurdas son
sus ideas, comentarios y actitudes, lo mejor es formularles con tranquilidad preguntas
sencillas que vaya desbaratando sus argumentos. Aunque parezca difícil, hay que
intentar emplear la cordialidad.
Otro antídoto para la toxicidad mental, consiste en
desprenderse de cualquier emoción con respecto a la persona venenosa: sacarla
de nuestra vida, no preocuparse por ella, no desearle ni bien ni mal,
visualizar la desconexión con ella, dejarla atrás.
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