domingo, 17 de febrero de 2013

Recomendaciones para hablar como los grandes


Una buena exposición  tiene el poder intelectual de motivar a otra de formas de pensar y actuar de modo diferente.  Por eso, muchos autores afirman que la efectividad de una exposición o disertación se mide cuando un asistente lo replica a otros y mejor aún si lo incorpora a su andamiaje cultural.

En tu presentación frente a los demás no olvides de escribir el título de tu exposición, este debe ser un gancho uno que llame la atención, despierte el interés y el deseo por escucharte. Luego empieza con una frase o dato estadístico impactante, también puede ser pensamiento o una pregunta retórica.  

Una vez en el “ruedo” seduzca, sorprenda, póngale novedad, originalidad, emoción, en especial al momento de iniciar y al terminar su disertación. Puede terminar con otra frase, con una historia, revisión del tema, anécdota. Es recomendable que en un diario personal o cuaderno de apuntes anotes y te aprendas tus propias citas que irás recopilando de tus lecturas constantes.

En relación al anterior punto, no debes olvidar que contar tus propias experiencias tienen más fuerza intelectual y emotiva que narrar las vivencias de otras personas, pues una espina de experiencia vale más que un bosque de advertencias. Si no has “vivido” tendrás poco o casi nada que contar y, por ende, no enriquecerás tus exposiciones.

Luego de haber preparado cómo empezarás hasta cómo terminar y las estrategias que dinamicen tu exposición, ahora te toca organizar el contenido de forma excepcional. Empieza con un organizador visual u otra estructura organizativa cronológica, geográfica, fotográfica, metafórica, conflictiva, entre otros.

Para organizar mejor tus contenidos también debes utilizar transiciones o separadores: les voy hablar de tres aspectos: uno…dos…tres. Si el tema es pertinente puede utilizar un rompecabezas. No te olvides de que tu contenido debes sincronizarlo y dejar tiempo para las preguntas o aportes. “El público puede perdonar muchas cosas, pero nunca que un conferenciante se pase de la hora”.

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