La asertividad consiste en decir sí cuando quieres decir
sí y no cuando quieres decir no, eso sí con respeto sin agredir a nadie. Es una
de las habilidades sociales que consiste en saber defender nuestros derechos sin
agredir a nadie.
Ser asertivo es expresar lo que uno piensa, siente y
desea con seguridad, en el momento oportuno, en el lugar adecuado y de forma
tal que no agreda a los demás. Es saber decir no con firmeza y sin ofensas a
los requerimientos de otro u otros en asuntos que no se está de acuerdo o no se
quiere hacer.
La asertividad implica un respeto a los derechos de sí
mismo y de los demás; hacer uso de su libertad sin afectar la libertad de los
demás y asumir plenamente las responsabilidades por las consecuencias de nuestros
actos.
Generalmente, en nuestra interrelación con nuestros
semejantes adoptamos tres tipos de comportamientos que a continuación
caracterizamos brevemente:
El agresivo: no respeta el derecho de los demás. Se cree
con capacidad de disponer, de ordenar sin ningún respeto a los demás. Impone
sus ideas, no escucha, no pide opiniones, se cree el dueño de la verdad. Sus
frases más usadas son de amenazas, humillaciones, insultos, entre otras: “Tienes
que hacerlo porque lo digo yo…”
El pasivo: no defiende sus derechos, tolera insultos,
humillaciones, apodos. No es capaz de decir NO a pesar de no estar de acuerdo y
no querer hacerlo. Sus expresiones favoritas son: “Tal vez, quizá pueda…”
El asertivo: Defiende sus derechos con firmeza y seguridad,
sin ofender a nadie para no generar conflictos que se pueden evitar. Expresa
con seguridad sus opiniones en el momento oportuno, en el lugar adecuado y en
la forma que no signifique agresión a los demás. Sabe decir NO con firmeza y
convicción cuando no está de acuerdo con lo que piensa, siente y quiere. Sus
palabras favoritas son: Quisiera que…
Qué te parece si… Veamos como…
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