domingo, 24 de febrero de 2013

Una cosa es lo que dice la razón y otra el corazón


Sépalo bien amigos lectores que en nosotros conviven tres cerebros y que lo utilizamos en toda la travesía de nuestra vida: reptiliano, límbico y neocórtex. 

Estos cerebros responden a un aspecto evolutivo, es decir, que se han ido formándose con el transcurrir de los años, por eso, el reptiliano, que tiene millones de años, tiene prevalencia sobre el límbico y el neocórtex que es de aparición reciente, con respecto a los anteriores. Y entre el límbico y el neocórtex, prevalece el límbico que es donde residen las emociones.

El cerebro reptiliano está relacionado con los instintos, con el respirar, tener sueño, alimentarnos, reproducir, sobrevivir, es decir, con las funciones básicas de la vida. Es responsable de la conducta automática, el cual ayuda a la preservación de la especie y a los cambios fisiológicos necesarios para la sobrevivencia.

En buen romance, si alguien nos quiere arrojar una piedra o hace el intento, nuestros reflejos o mecanismo de defensa, inmediatamente, se ponen en acción y con nuestras manos tratamos de protegernos. Es nuestro instinto de supervivencia, es nuestro cerebro reptialiano.

El cerebro límbico tiene que ver con las emociones, que es el siguiente estadio de evolución del cerebro humano. Es conocido como el cerebro afectivo la cual incluye las emociones y los sentimientos.

En otra palabras, es el cerebro de la felicidad  y del sufrimiento, hay que tener presente que somos seres esencialmente emocionales. Cuando tenemos una gran motivación por lograr un determinado objetivo o desgano por no saber nada de la vida estamos utilizando nuestro cerebro límbico.

El cerebro neocórtex se relaciona con el pensamiento lógico, aquí los primates superiores ya manejan un proceso racional de entendimiento y análisis. Tiene que ver con el pensar, el crear y el analizar, y otros procesos mentales.

Si los queremos aplicar a la vida diaria podemos observar su nivel de predominio de uno sobre el otro, por ejemplo, una jovencita muy responsable y muy hábil en los estudios puede dejarlos si es que se enamora apasionadamente. Ella sabe que no es lo correcto, pero el cerebro emocional y el reptiliano son más fuertes que el cerebro racional.

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