Si ha sufrido una pérdida de cualquier índole, en primer
lugar, acompañe su dolor, hágase amigo de él. Si está sufriendo, admítalo,
siéntalo, métase en él, al final descubrirá que sí tiene fondo.
Tenga presente siempre que sentir dolor después de una
pérdida es algo normal, prueba de que está vivo y una evidencia que usted puede
responder a las experiencias de la vida.
Es importante para el proceso de recuperación que usted
esté con el dolor, que sienta la desolación, toque la herida. Reitero, no lo
niegue, no lo tape, no huya de él. Hay que aclarar que esto no se trata de ser
masoquista, lo que pretendo explicar es que cuando uno toca el fondo de algo no
puede ir más al fondo, solo queda impulsarte para salir a la superficie.
Otra técnica rectora que te va ayudar a salir de ese
marasmo nostálgico es entender que todos tienen que partir algún día, solo es
cuestión de tiempo, algunos parten antes otros después. Así que no todo es para
siempre, somos efímeros y que hay que disfrutar de los instantes de felicidad
que nos da la vida. En su defecto, recordar los instantes bonitos que se
vivieron y extraer lo mejor de ello.
Apuntar todo lo malo en un papel de los sentimientos y
emociones que te acarrea esta pérdida, también escribe aquellos hechos
negativos. Una vez elaborado, cuestiónate a ti mismo mirándote a un espejo y
pregúntate si todo el tiempo piensas vivir estancado o anclado tratando de
recuperar o vivir del pasado. Solo ten
en cuenta que nadie va a vivir por ti, tú eres el único responsable de ti
mismo.
No podemos prevenir o curar el duelo, el dolor, La única
manera de recuperarse es sintiéndolo, viviéndolo, pasando por él. No es recomendable acudir a fármacos, ya que pueden
prolongar y atrasar el necesario proceso de duelo.
Sé que las personas que están pasando por una depresión o por una pérdida esto puede resultar solo
palabras, pero ¿es mejor intentarlo que
vivir con esa desesperación que interfiere en todo no lo crees?
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