Existe una película llamada “The Core” o el
núcleo, esta nos ayudará a explicar lo que pretendemos transmitirles. En este
film de ciencia ficción, los protagonistas se desplazan al núcleo de la tierra
en una nave llamada “Virgilio” con la finalidad de reactivar, mediante
detonaciones atómicas, su movimiento giratorio y así evitar la destrucción
total.
La nave en referencia tenía una
particularidad, si una parte sufría daños se desprendían esa sección y la nave
quedaba intacta, de esta manera, no se complicaba la misión y continuaba con su
trayectoria.
Análogamente, nuestra existencia debemos
estructurarla por bloques herméticos, debemos apretar el botón y cerrar las
puertas de hierro que cierran el pasado, los ayeres muertos. ¡Cerrad el pasado! Deja que el pasado
entierre a sus muertos. Tampoco debes
preocuparte obsesivamente por el mañana, llevar hoy la carga de mañana unida a
la de ayer hace vacilar al más vigoroso.
El despilfarro de energías, la angustia
mental y los desarreglos nerviosos estorban los pasos del hombre que siente
ansiedad por el futuro o viven anclados en el pasado, cultivemos el hábito de
una vida en compartimientos estancos al día o de bloques herméticos.
Si tenemos en cuenta la oración del
Padrenuestro, en una de sus partes dice: "Danos hoy el pan nuestro de cada
día". Este verso nos enseña a pedir
solamente el pan de hoy. El pan de hoy
es el único pan que se puede comer.
Vivamos con responsabilidad el presente y en
compartimientos estancos. El pasado, pasado es y el futuro aún no ocurre, por
lo tanto, no nos es posible vivir en ninguna de estas dos eternidades, ni
siquiera durante una fracción de segundo. Por tal razón, contentémonos con
vivir el único tiempo que nos está permitido vivir: desde ahora hasta la hora
de acostarnos.
Lo principal para
nosotros es no ver lo que se halla vagamente a lo lejos, sino lo que está
claramente a mano. Cada día es una nueva vida para el hombre sabio. No te
olvides, vive por bloques herméticos diariamente.
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