“Somos lo que hacemos de forma repetida; la excelencia no es un acto, sino un hábito” (Aristóteles)
Una vez elaborado tu discurso o exposición tienes que ensayarlo. Ojo, el ensayar no consiste solo en memorizarlo, ni repasar mentalmente el discurso. Ensayar significa enunciarlo oralmente, en diferentes tonos e impostaciones una y otra vez.
Para un buen orador los ensayos significa explorar las posibilidades dramáticas de un texto: no solo lo que uno dice, sino también por qué lo dice y cómo utiliza su cuerpo y su voz para influir con fuerza en el auditorio.
Te recomendamos ensayar solo o que alguien te observe. O mientras conversas con alguien desliza tu discurso sin que él lo sepa. En esta interacción, ve tomado nota mentalmente de qué puntos de tu discurso parecen persuasivos y que no. Cuanto más practiques, más natural te sentirás cuando subas al estrado.
Es bueno recalcar que la audiencia es una participante activa en la escena y no un mero grupo de espectadores. En tus ensayos es posible crear oyentes imaginarios a los que dirigimos en los discursos. Imagina qué aspecto tienen, qué están haciendo, cuánto interés prestan. De todos los trucos para ensayar este es el mejor.
Lo más importante que has de recordar al crear a tu público imaginario es que este debe ser activo. Si solo vas a imaginar un puñado de maniquíes sentado sin hacer nada, tal vez será mejor que hables mejor con el perro. Es muy bueno también incluir a la familia en tus ensayos o a tus amigos más cercanos. Todo es válido con la finalidad de ensayar y mejorar tu expresión oral.
jueves, 1 de noviembre de 2012
¿Cómo ensayar un discurso?
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