lunes, 5 de noviembre de 2012

Criticar a los demás resulta inútil


Técnicas fundamentales para tratar con el prójimo
La crítica hacia nuestros semejantes resulta, generalmente, inútil porque pone a la otra persona en la defensiva, y por lo común hace que trate de justificarse. Asimismo, la crítica es peligrosa porque lastima el orgullo, hiere su sentido de la importancia y despierta su resentimiento hacia la persona que considera como “agresor”.

Según diversos estudios, manifiestan que con la crítica nunca provocamos cambios duraderos y con frecuencia creamos resentimiento, pues la crítica puede desmoralizar empleados, miembros de la familia y amigos.

Cierta día, el coordinador de seguridad de una compañía de construcción llegó a supervisar una obra y ver que los empleados usen sus cascos.  Cada vez que se encontraba con un obrero sin su casco, le ordenaba, con mucha autoridad que cumpliera con las ordenanzas. Como resultado obtenía una obediencia desganada y con frecuencia, los hombres volvían a quitarse el casco ni bien les daba la espalda.

Ante esta situación, el coordinador decidió probar un método diferente y cuando volvió a encontrar un obrero sin el casco, le preguntó si el casco le resultaba incómodo o no le iba bien. Después le recordó, en tono amistoso, que su misión era protegerlo de heridas y le sugirió que lo usara siempre que estuviera en la obra. El resultado de esta actitud fue una mayor obediencia a las reglas, sin resentimientos ni tensiones emocionales.

Comprendamos que la persona a quien queremos corregir y censurar tratará de justificarse probablemente y de censurarnos a su vez.

En lugar de censurar a la gente, tratemos de comprenderla. Tratemos de imaginarnos por qué hacen lo que hacen.  Recuerden que: "El mismo Dios no se propone juzgar al hombre hasta el fin de sus días", entonces ¿por qué hemos de juzgar a los demás usted o yo?


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