Por qué las tenemos si no las usamos, si no dan leche, si no nos sirven para nada; claro, algunos hombres le dan alguna utilidad colgándose un piercing. Acaso, las tetillas serán un error de la naturaleza.
Frente a estas dudas, la genética nos da la respuesta. Cuando un espermatozoide y un óvulo se unen comienza el proceso de fabricación de un ser humano. Se sabe que hombres y mujeres tenemos 46 cromosomas en cada célula y que los cromosomas son el manual de instrucciones para fabricar un ser humano.
Ahora bien, todos los óvulos de la mujer, toditos, traen un cromosoma X. Los espermatozoides del hombre son de dos clases, unos traen un cromosoma X y otros traen un cromosoma Y. Se sabe también que el encuentro de XX da mujer y XY da varón.
El problema es que el cromosoma Y, el cromosoma masculino, es un poco haragán, no entra en acción hasta la octava semana después de la fecundación. Como el cromosoma Y todavía no se activa, el embrión comienza a desarrollar órganos femeninos.
En otras palabras, el diseño básico del cuerpo humano es femenino. La naturaleza es como una máquina programada para fabricar mujeres. Si las glándulas sexuales hablaran, dirían: “Mientras no me digan lo contrario, yo fabrico una mujer”.
Insistimos, es recién en la octava semana que el cromosoma masculino Y se despierta y se da cuenta que el embrión está fabricando una mujercita. Entonces, le envía un mensaje de testosterona al embrión y le dice: “No sigas fabricando una mujer. Reordena las piezas y fabrica un varón.”
Con las mismas piezas que estaba fabricando una mujer, las reordena y se pone a fabricar un varoncito. Pero hay algunas partes que ya estaban terminadas, como las tetillas. Por eso, todos nosotros los varones tenemos tetillas, porque ya estábamos en la línea de montaje femenino.
jueves, 31 de enero de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario