martes, 1 de enero de 2013

Un cambio de actitud en nuestras vidas


Una simple pregunta ¿qué va a ser de mi vida a partir de hoy en adelante? puede resultar decisiva en la vida de cualquier persona. Dejemos las cosas que nos pasaron y que se constituyen en anclas en nuestro presente. Ten presente que en esta vida no perdemos, solo ganamos y aprendemos, por eso, hay que extraer de cada obstáculo una lección de vida.

Si en nuestra vida queremos realizar pequeños cambios, puede que nos baste con esforzarnos un poco más en mejorar nuestra conducta y luchar contra nuestros defectos, pero si aspiramos a un cambio importante, es preciso cambiar el modo de ver las cosas: un cambio de actitud frente a la vida.  

Muchas veces, cuando una persona sufre un accidente grave, o afronta una crisis, o pasa por la prueba de la enfermedad y del dolor, y de pronto ve sus prioridades bajo una luz diferente se produce recién un cambio en el modo de ver las cosas. Pero no esperemos a que algo fuera de lo normal nos haga cambiar y ver la vida desde otro ángulo, por qué esperar si podemos hacerlo ahora, a partir de estos momentos.

Ver las cosas de modo distinto nos permite no echarle la culpa de los aciertos o desaciertos a los demás, a la educación, ambiente en el que crecimos, país de origen, siempre pensando que el problema está fuera de nosotros, alejando rápidamente de nuestra cabeza la posibilidad de esforzarnos en serio por erradicar un determinado defecto o limitación.

Recuerda que nadie va a vivir por ti, tú eres el único responsable de ti mismo. Por eso, un cambio de actitud contribuirá hacer de nuestra vida una obra de arte o pasar desapercibido por este mundo. Este cambio de actitud debe estar en concordancia con las tres “R” y que deben regir en la filosofía de nuestras vidas: “Respeto a nosotros mismo, respeto por los otros, responsabilidad por nuestros actos”.



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