Quienes no leen, no saben lo que se pierden.
La lectura es una aventura intelectual, es vivir mil
historias además de la propia, es un portal hacia el conocimiento donde podemos
viajar y conversar con diferentes autores locales y mundiales. Sin embargo, hay
personas que por diferentes factores no saben leer; hay otros que sí saben,
pero no leen; también están quienes de tan poco leer, olvidaron lo que saben.
Si bien es cierto que la mayoría de personas argumentan
no tener tiempo para leer, esto no debe
ser un pretexto, pues se puede buscar un pequeño espacio para poder leer: las
páginas deportivas pueden ser una buena justificación para los varones o las
revistas femeninas para este género.
En la actualidad, hay pocas excusas para decir que no
tienes un texto para disfrutarlo, ya que las ferias de libros abundan por las
diversas calles de nuestra ciudad, los costos de los libros han disminuido, incluso,
puedes descargarlos gratuitamente a través de la Internet.
Es necesario también disciplinarnos en nuestra lectura,
estos formarán nuestros hábitos, por ejemplo, debemos trazarnos como meta leer
un libro mensual sobre temas de nuestro interés. Si eres un lector novato,
debes empezar por textos ligeros para que no desistas en tu intento, recuerda no
se puede subir a trancos la escalera.
Asimismo, no se debe obligar a leer, menos a los más
pequeños. Jorge Luis Borges manifestaba al respecto: “El verbo leer, como el
verbo amar y el verbo soñar, no soporta el modo imperativo. Yo siempre aconsejé
a mis estudiantes que si un libro les aburre lo dejen. Que no lo lean porque es
famoso o porque es moderno o porque es antiguo. La lectura debe ser una de las
formas de la felicidad y no se puede obligar a nadie a ser feliz”.
Tenemos que promover el placer por la lectura, debemos
rescatar a nuestros alumnos y a nuestros pequeños de casa que están siendo
devorados por la televisión o los juegos en red. ¿Y tú qué libro estás leyendo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario